COVID-19

COVID-19
Photo by Fusion Medical Animation / Unsplash

Esta entrada de blog debe estar en el contexto adecuado, ya que la enfermedad causada por esta pandemia ha estado llena de mentiras, dolor y mala información, se ha politizado, entre otras cosas, está, no es una opinión de un experto en salud, es una opinión de una persona común en México que se recuperó de la enfermedad.

La prevención

Debido a mi tipo de trabajo pude hacer una buena y larga cuarentena, el home office fue el factor más importante, me permitió seguir produciendo ingresos desde mi casa sin necesidad de exponerme, pero esto no es una regla, es solo la excepción, debido a que en México la mayoría tiene un trabajo informal y es casi imposible trabajar desde casa.

También en el momento en que nos dieron home office deje por completo el cigarro, un vicio asqueroso que tengo desde muy joven.

Nosotros nos cuidábamos, simplemente no salíamos a ningún lado a excepción de que fuera a consultar por alguna enfermedad, junta importante en la oficina o ir a comprar comida al supermercado, no aceptábamos visitas de nadie y aunque aislados, nuestra cuarentena fue muy cómoda.

La vacuna

Cuando llego la hora de vacunarnos fuimos de los primeros en hacer el registro y también en las filas de las vacunas, en mi familia tenemos muy presente el tema de las vacunas, no solo para el COVID.

Si bien es cierto que algunas vacunas son mejor que otras, la verdad es que peor es nada, en mi caso fueron 3 dosis de AstraZeneca sin ningún tipo de reacción y hace poco una cuarta dosis de cansino, también sin ninguna reacción.

Tengo fotos de la primera y segunda dosis, todos estaban muy contentos, había orden y paciencia, se tenía al ejército nacional y unas cuantos trabajadores del gobierno que ayudaban con la organización, los doctores y enfermeras solo se dedicaban a inyectar y dar indicaciones de la vacuna.

La desinformación

Entre en grupos de antivacunas para saber que era lo que decían, la mayoría eran mal informados, que basaban sus opiniones en personajes muy cuestionables, desde dentistas graduados en Harvard, politólogos, periodistas, famosos actores y hasta influencers.

Para evitar caer en este tipo de ideas u opiniones, siempre es importante cuestionar:

¿Quién emite la información?
¿Qué intereses puede tener?
¿De verdad es información?

También ayuda googlear el título, buscar la primera cuenta o lugar donde fue publicado y buscar la imagen con Google Lens.
Lo más importante es estar consiente de que no todo lo que lees en internet, es cierto.

El cubrebocas


Antes del inicio de la pandemia, mi hijo enfermo de un Rhinovirus y estuvo en el hospital, allí nos explicaron que eran las enfermedades transmitidas por gotas y como cuidarnos, entre las indicaciones, el uso del cubrebocas, muy sencillo, pero básicamente depende del tipo.

Si es un cubrebocas simple, lo debe utilizar la persona enferma para evitar contagios, una persona sana no evitará enfermarse usándolo.

Si es un cubrebocas especializado, como el KN95, una persona sana lo puede usar para evitar un contagio, no es 100% efectivo, pero ayuda a mitigar.

Sobre las dos indicaciones anteriores se hicieron eternos debates, los medios distorsionaban y confundían, otros exageraban su efectividad o la menospreciaban.

Ejemplos:

* https://www.forbes.com.mx/mundo-si-todos-usamos-cubrebocas-la-pandemia-estaria-controlada-en-un-mes-director-cdc-de-eu/

* https://aristeguinoticias.com/0203/mexico/cubrebocas-no-sirven-para-prevenir-contagio-de-coronavirus-lopez-gatell-enterate/

Al final mi decisión y uso fue basada en las indicaciones que me dieron en el hospital y por criterio propio, aunque si llegue a escuchar que salían muy despreocupados a pasear porque tenían su cubrebocas puesto, al enfermarse, cambiaban de idea y ahora creían que los cubrebocas no servían para nada.

La mayoría de los mexicanos entendieron el mensaje y la importancia de usarlo, aunque al usarlo no siempre lo hacían bien.

Él contagió

Recuerdo muy bien que en algún punto alguien comento que todos nos íbamos a enfermar del COVID y pues para que cuidarse, aunque hasta cierto punto tiene razón, excepto por lo de para que cuidarse.

Para mí era muy necesario enfermarnos lo más tarde posible, para llegar a vacunarnos y que existiera disponibilidad médica, también que no fuera en invierno, porque se pudieran confundir o mezclar los síntomas con influenza o gripe.

Y así fue, en tiempo de calor, al final de la cuarta ola, nos enfermamos, lo más seguro es que fue un contagio en la escuela de mi hijo y de allí a toda la familia, gracias a eso, no hicimos filas en el doctor, no tuvimos problemas para conseguir medicamentos, pruebas, cubrebocas, antibacterial u oxímetros.

Los síntomas, en mi caso, fue fiebre, dolor de garganta, tos con flemas y dolor de cabeza, no soy de querer tomar medicamento para palear síntomas, pero para el 5.º día ya estaba muy agotado y comencé a tomar paracetamol, ibuprofeno y un montón de medicamentos que me receto el doctor y pude llevar la enfermedad más cómoda en casa.

Lo que puedo destacar de todo eso fue el dolor de garganta, realmente era insoportable y al final me quedo una tos durante meses, fui con un especialista y solo me dio pastillas para relajar la garganta y nebulizaciones.

Perdí casi 4 kilos en esos 7 días de enfermedad, supongo era por el dolor de garganta que se me quitaba el hambre.

Las medidas

Algunos querían medidas más estrictas en México, estilo draconianas, otros no querían ninguna medida porque pensaban que la enfermedad no existía, creo que al final de cuentas el gobierno solo se dedicó a dar información en incentivar el autocuidado, quizás parezca insuficiente, pero no veo como en México pudieran sostener medidas como la política china de 'cero covid'.

Nosotros decidíamos si nos queríamos aislar o salir, tú podías andar en la calle sin miedo a que te arrestaran los policías, recuerdo algún estado o municipios que intentaron aplicar este tipo de restricciones obligatorias y las retiraron al poco tiempo.

Hubo quienes recibieron apoyos en forma de dinero por parte del gobierno federal, $500 pesos($25 dólares aprox.) por persona enferma de COVID-19 y de forma única, pero nada comparado a los apoyos de países como Estados Unidos.

Las perdidas

Creo que no existe ninguna persona que esté exento de la perdida de un familiar, amigo o conocido por COVID-19, fue algo muy difícil, espero que tengan una pronta resignación y la ansiedad o depresión no los destruya.

Se dice que el exceso de mortalidad asociada a la pandemia es el mejor indicador para conocer la magnitud del impacto de la enfermedad en una población, tal vez sea cierto para fines estadísticos, solo no perder de vista que son perdidas humanas, irremplazables, descansen en paz todas las víctimas de la pandemia.

Conclusión

Esta pandemia fue horrible, los virus no son un juego, cuiden su salud y la de sus seres queridos, vacúnate, lávate las manos y usa cubrebocas cuando sea requerido.

El virus nunca desaparecerá, aprenderemos a convivir con él, la humanidad sobrevivirá y este post solo será un recuerdo del momento en que el COVID-19 nos dio un respiro en mi entorno cercano, pudiendo salir a pasear y llenar la casa cuando festejamos el cumpleaños de alguien.